(Prólogos)
- Prólogo de la
tesis de
Licenciatura
de Víctor García Onofre
Tan pronto como un producto entra al mercado, comienza su
etapa de
obsolescencia. Y no es porque se haga viejo, sino porque en ese momento
se ha
creado una necesidad por algo nuevo. Las generaciones anteriores pueden
presumir que sobrevivieron y prosperaron sin los artículos
modernos, en el
siglo XIX esto no era tan sencillo, pues los desarrollos se daban
después de
varias décadas, para luego darse más rápidamente
en el siglo XX, para que en
nuestros días se puedan ver cambios en unos cuantos años,
de manera que algunos
objetos desaparecen en poco tiempo del mercado y del ambiente como si
nunca
hubieran existido. Los lectores jóvenes inmediatamente
pensarán en las computadoras, los
juguetes de video y los teléfonos celulares. Otros menos
jóvenes podrán pensar
en los autos y aviones, que al menos externamente conservan su
diseño básico,
aunque día con día sufren cambios que no se perciben
fácilmente, pero hacen su
funcionamiento más seguro y confiable. Situándonos en
un producto particular: los ladrillos, en la antigüedad
cumplían con especificaciones dimensionales, mientras que las
propiedades
mecánicas y térmicas derivaban del material del que
estaban fabricados, sin
tener gran intervención en ellas. Posteriormente se utilizan
materiales y
procesos diferentes que cambian algunas de las propiedades, hasta
llegar a
nuestros días en que se realiza investigación para
decidir que material se debe
utilizar para obtener el producto mejor. Cada vez es más
necesario que cuidemos de nuestros recursos energéticos,
además de que la sociedad se ha vuelto cada vez más
exigente con la creación de
microambientes, espacios con aire acondicionado en el que nos
encontramos
cómodos y que nos resulta cada vez más difícil
sacrificar. Para poder cumplir
con esta condición se requiere que los ladrillos, además
de cumplir con especificaciones
de tamaño y propiedades mecánicas, también sean
buenos aislantes. En estos
productos que en apariencia no cambian como las computadoras, los
juegos de
video y otros artículos más atractivos en estos
días, también sufren cambios
substanciales en su proceso, ya que además de lo anterior se
espera que no sean
más caros que el producto que sustituyen, sin importar que el
nuevo sea mejor. En este trabajo se presenta una propuesta para
modificar uno de los
materiales que en la actualidad se utiliza para fabricar ladrillos
aislantes,
incorporando una tecnología que pudiera ser conocida, pero que
es nueva para
este uso y que es una muestra más de que en materia de
desarrollo tecnológico
no hay categorías exclusivas.
Juan Antonio Aguilar Garib
Octubre 2008
- Prólogo de la tesis
de Maestría
de Felipe Raymundo García Cavazos
En
el lenguaje que utilizamos diariamente un adjetivo resulta suficiente
para
determinar las características de un objeto. Así cuando
alguien dice “la casa
roja”, inmediatamente viene a nuestra mente el objeto y su color, sin
que haya
gran problema con las variaciones que pudiera haber entre la
visión que cada
persona se hace. Si quisiéramos dar más detalles podemos
agregar otras palabras
y ahora podemos decir que la casa es “roja fuerte” o “roja intenso”.
Además
de las palabras, todo se puede medir de manera que es posible definir
con
precisión cierta característica en un objeto, por ejemplo
para el color, además
de los patrones que utilizan los pintores para igualar la pintura,
está la
longitud de onda. Así
se puede afirmar que describimos las cosas con la precisión que
la situación
requiera, y en la ciencia y en la ingeniería usualmente se
requiere mucha, ya
que la tolerancia se reduce y los términos ambiguos
prácticamente no tienen
lugar. El
diseño es una actividad común que se realiza en
ingeniería y básicamente
consiste en crear lo que nunca ha sido basándonos en lo que
conocemos. Algo que
es indispensable conocer para el diseño son las propiedades de
los materiales o
de las sustancias y cómo evolucionan conforme las condiciones
cambian, cuál es su
comportamiento, y esto es algo que simplemente no se puede describir
con
palabras, aunque sean muchas. Entonces
para describir y predecir el comportamiento de una sustancia dada se
utilizan
los modelos, los cuales están formados por ecuaciones que
describen los
fenómenos que en conjunto lo rigen. Si por ejemplo se habla de
la elasticidad
de un polímero, como es el caso de este trabajo, ésta
tiene que ver con la
manera en que las moléculas están acomodadas, la manera
en que están unidas, la
energía que involucra cambiar su estado básico, la manera
en la que la energía
se almacena o se disipa en el material y un millón de cosas
más. En general se
buscan las contribuciones principales a un fenómeno y con ellas
se construye un
modelo que describe el comportamiento que se esté estudiando,
pero dado que no es
posible tomar todas las contribuciones, ya sea porque su
aportación es pequeña,
ya sea porque aun no se han identificado y no se toman dentro de un
sistema o sencillamente
por simplificación para fines de soluciones analíticas o
para la implementación
de algoritmos computacionales, lo que se tiene al final son
aproximaciones ya
que las ecuaciones tienen que cargar con aquellos elementos que no
hemos tomado
en cuenta, pero que en la naturaleza están, porque en el
comportamiento real
están incluidos todos los fenómenos, no solamente
aquellos que consideramos más
relevantes. Un
modelo que se evalúa con los mismos datos siempre da el mismo
resultado
mientras que en la realidad existen desviaciones porque un experimento
no es
igual a otro por mucho que nos esforcemos; la igualdad es
estadística. La
validez de un modelo tiene que ver con lo bien que predice este
comportamiento
estadístico cuando sus resultados se comparan con los que el
experimento
proporciona. Este
trabajo es un ejemplo de cómo se toma en cuenta todo lo anterior
al
utilizar palabras que ilustran y explican claramente porqué es
necesario
modelar el comportamiento reológico de polímeros amorfos,
junto con las ecuaciones
que constituyen el modelo que describe y predice este comportamiento
que
involucra varios fenómenos. Así como en un escrito a
veces se necesitan otras
palabras para explicar mejor las cosas, aquí el autor
agregó el cálculo
fraccional para modelar el comportamiento reológico de la manera
más sencilla
posible. Veamos los diagramas teóricos que produjo para que
apreciemos como
logra además la precisión que ordinariamente se necesita
en la ciencia y en la
ingeniería.
Juan Antonio Aguilar Garib
Marzo de 2008
- Prólogo de la tesis
de Maestría
de Pedro López Cruz
Aparece cada vez con mayor frecuencia
en los programas de estudio relacionados con métodos de
calentamiento
en hornos, el uso de microondas como fuente de energía. La
aplicación
más conocida es el horno de cocina, pero en la actualidad se
busca
utilizarlo en la industria cerámica y de los polímeros.
En
el caso del calentamiento mediante gases de combustión el
conocimiento
de la temperatura de flama y las ecuaciones básicas de
transferencia
de calor son suficientes para determinar perfiles térmicos en
los
materiales y diseñar cédulas de procesamiento. Sin
embargo
el calentamiento mediante microondas sigue un mecanismo diferente en el
que las propiedades del material afectan significativamente el
patrón
del campo electromagnético, responsable del calentamiento,
dentro
de la cavidad y de la muestra en sí. La dificultad para
describir
esta distribución hace que se caiga en el riesgo de la sobre -
simplificación
ya que existe la inercia de aceptar como cierta la suposición de
que el calentamiento es volumétrico y uniforme. Por otra parte
la
variable más significativa que se maneja en cualquier sistema de
calentamiento es la temperatura y en este caso es mucho más
difícil
de medir con certeza, ya que cualquier elemento que se introduzca en el
sistema afecta también la distribución del campo. Aunque
las ecuaciones que rigen el comportamiento del campo
electromagnético
y la transferencia de calor son conocidas, determinar la ganancia de
calor
no es una tarea sencilla, especialmente porque los parámetros
están
interrelacionados. Es común recurrir a estimaciones obtenidas
experimentalmente,
pero se debe recordar que en muchas ocasiones son válidas
únicamente
para el caso particular estudiado y la extrapolación a otros
casos
no es directa. Por otra parte las computadoras están ahora al
alcance
de todos y las herramientas numéricas son accesibles a
través
de un sin número de paquetes comerciales. Sin embargo se corre
el
riesgo de abusar de ellos al desconocer los fenómenos que se
están
modelando o simplificar al grado de que los datos que se proporcionan
al
paquete no corresponden al fenómeno que se desea describir, por
lo que se obtienen resultados erróneos. Una manera de evitar
esto
es mediante la validación de un modelo y luego una
predicción
que constituya una demostración, la cual permitirá
extrapolar
a otras condiciones. En este trabajo tendremos la oportunidad de ver
una
de tales demostraciones, y observar como las ecuaciones que rigen un
fenómeno,
la experimentación, y el cómputo son, todos ellos,
elementos
de un modelo. Y es precisamente esta comprensión la que ayuda a
que los mitos se derrumben al dar la oportunidad de que sea la
interpretación,
y no la improvisación, la que diga la última palabra.
Juan Antonio Aguilar Garib
Noviembre 2003
- Prólogo de la
tesis de
Licenciatura
de Francisco Garza Méndez
Hace más de cien años, George Eastman creó la
película “Kodak” y dió inicio a una nueva época en
la que prácticamente cualquier persona podía tomar
fotografías.
El uso de la fotografía en nuestros días nos parece
natural
y hasta anticuado para algunos, pero los estudiosos de épocas
más
remotas no tenían este recurso y recurrían entonces a los
bosquejos o dibujos para registrar lo que veían, como un ejemplo
se puede citar a Leonardo da Vinci con sus estudios de anatomía.
La fotografía vino a ser un medio invaluable para eliminar
errores
de apreciación, asegurando de alguna manera que las
reproducciones
que se obtenían fueran fieles. De hecho, obras como “El Misterio
de las Catedrales” de Fulcanelli, que en su primera edición
utilizó
ilustraciones, y en ediciones posteriores muestra fotografías
que
refuerzan las descripciones que el autor hace en ese libro de las
catedrales.
Aún con la intención de ser totalmente objetivos, los
humanos podemos ser llevados por nuestro entusiasmo y así ver
cosas
en donde no las hay, como cuando Percival Lowell vió canales en
Marte, que por supuesto debían haber sido construidos por
marcianos,
pero que se demostró después que habían sido
hechos
por la imaginación de Lowell. Aunque me atrevo a decir que la
trayectoria
de este científico a lo largo de su vida prueba que su
intención
no fue mentir, de hecho cuando los astrónomos observaban el
cielo,
debían estar por horas siguiendo un punto y no era raro que la
fatiga
hiciera que la visión fallara. Entonces lo que se necesitaba era
un medio que permitiera tomar las imágenes sin fatigarse, de
manera
fiel, para después estudiarlas con ahínco. Por supuesto
que
la intención medular no es evitar la fatiga, sino el error que
se
comete por causa de ésta, y a la vez ocupar a la mente en la
parte
creativa.
En el campo de la metalografía, a los microscopistas les
ocurría
lo mismo que a los astronómos, por eso, por años la
metalografía
cuantitativa se ha basado en la fotografía tradicional de
muestras
amplificadas en un microscopio. Después, las fotos eran
analizadas
con cuidado; para una persona con experiencia el análisis de
imágenes
no era difícil y por lo general no se requería mas que
una
buena foto.
Actualmente, parecería que todos los problemas relacionados
con la obtención de una imagen y su posterior análisis ya
están resueltos. Ahora utilizamos cámaras de
vídeo,
incluso digitales, también contamos con la computadora que puede
hacer el análisis de una imagen mediante paquetes de
computación
comerciales. Pero resulta que seguimos necesitando una imagen fiel, y
además
tenemos que hacer que los detalles que nos interesan sean evidentes
para
la computadora, lo cual es un poco más difícil, ya que si
bien el retoque de una fotografía se puede hacer mediante simple
observación, ésta no es tan simple para una
máquina.
Sin embargo, así como en el pasado un dibujante podía por
error modificar los detalles que observaba, ahora mediante el abuso de
los paquetes de computación para el procesado (se puede entender
retoque) de las imágenes se puede caer en lo mismo.
Aparece aquí la necesidad de encontrar un medio por el cual
la representación del objeto a estudiar no sea modificada por el
método que se utilice para representarlo. Hay que asegurarse de
que la imagen de origen contiene toda la información para ser
analizada,
al grado de que en el caso de que requiriera ser procesada, este
proceso
sea claro hasta para la computadora (siguiendo un programa por
supuesto),
y entonces pasar a la identificación de los detalles de
interés
o análisis en sí. En metalografía existen varias
maneras
para hacer esto, tales como el ataque químico para aumentar el
contraste
en la muestra, o para revelar la microestructura, o modificando la
manera
en que se ilumina la muestra.
Siempre que se requiere analizar imágenes se utilizan
métodos
que ya están probados y de los cuales se conocen sus
limitaciones,
pero cuando nuestras necesidades se encuentran en los límites de
los métodos existentes se hace necesario modificarlos o proponer
otros nuevos. En este sentido la tendencia es obtener una imagen que
muestre
los detalles que nos interesan tan claramente como sea posible y luego
dejar que la computadora se encargue del análisis de la imagen
de
manera absolutamente objetiva, o mejor dicho, siguiendo la objetividad
del algoritmo que se utilice.
El trabajo que se presenta a continuación propone un
método
para preparar un tipo específico de muestras de manera que la
imagen
obtenida cumpla con lo anterior. No es mi deseo adelantarme a lo que se
mostrará, pero puedo decir que dado que el autor no pierde de
vista
que existen limitaciones, ya sea en los métodos, las
computadoras
o los investigadores, procedió de tal manera que lo que
él
desea medir fue fácil de identificar, aún para la
computadora,
para luego hacer la medición. Veamos pues, lo que Francisco
propuso
para asegurarse de que el análisis fuera objetivo y hasta
divertido.
Juan Antonio Aguilar Garib
Noviembre de 1999
- Prólogo de la tesis
de Licenciatura
de Zarel Valdez Nava
Una clasificación general del conocimiento consiste en separarlo
en empírico y científico. El primero se basa en la
observación
repetida de un fenómeno hasta que se encuentra el patrón
que lo describe sin tomar en cuenta ninguna teoría
específica.
Por otra parte el conocimiento científico se obtiene siguiendo
una
metodología que en general consiste en la definición del
problema, la proposición de una hipótesis, la prueba y su
aceptación o rechazo, teniendo así un conocimiento exacto
y razonado basado en principios o causas.
En nuestros días resulta claro que la definición
del problema no surge de manera teórica, sino que más
bien
tiene su origen en la imposibilidad de encontrar el patrón que
describe
a un fenómeno mediante simple observación, de manera que
los métodos, empírico y científico no están
separados y en conjunto brindan la experiencia.
Vivimos en una época en que la humanidad no se conforma con
dar respuesta a preguntas simples que puedan ser resueltas de manera
sencilla,
por ejemplo nuestros tópicos han pasado de la mecánica
clásica
al origen del universo, así requerimos además del
laboratorio
que brinda el medio ambiente, de llevar a cabo ejercicios mentales,
auxiliados
muchas veces por computadoras, pero en fin mentales ya que la mente es
la única capaz de plantear nuevas ideas basadas en la
relación
entre las nociones anteriores y los conocimientos recientemente
adquiridos.
Cuando se trabaja en un tema como el procesado de materiales utilizando
microondas, cuyas evidencias no son obvias y que debido a la gran
cantidad
de mitos y creencias parece muy sencillo, se vuelve necesario hacer una
limpieza de conceptos erróneos e ideas preconcebidas para evitar
que el entusiasmo que invade a un investigador por su tarea no
contribuya
a que mezcle lo que se observa con lo que desea observar.
Durante el desarrollo de este trabajo se tomó en cuenta los
anterior y se hizo todo lo posible para evitar la interferencia de las
ideas preconcebidas, aunque no es fácil porque hemos crecido en
un mundo que nos limita a no señalar con el dedo porque es de
mala
educación, y que olvida que el repetir muchas veces la misma
acción
nos puede convertir en maestros del error. A lo largo de este documento
el lector apreciará como el autor procedió firmemente,
pero
con cautela hasta el final, de manera que hoy que vemos el resultado
fríamente
podemos decir con satisfacción que conocemos un poco más,
pero solo un poco.
Juan Aguilar
Septiembre de 1999
- Prólogo de la tesis
de Maestría
de Juan Francisco Hernández Paz
Dada la capacidad del ojo humano para distinguir colores, apreciamos
un mundo en el cual ésta es una de las características de
cada objeto que nos rodea. Hoy en día no nos sorprende que los
dispositivos
que nos muestran el mundo de manera virtual sean capaces de presentar
colores.
Sin embargo, hace alrededor de doce años los monitores de las
computadoras
eran "monocromáticos" y en unos cuantos años se volvieron
obligatoriamente capaces de presentar "millones de colores". La
televisión
también pasó por un momento similar y en nuestros
días
hay niños que piensan que la televisión en blanco y negro
no es más que una broma, aunque los que vivimos en la
época
de transición recordamos como los programas se anunciaban "a
todo
color". El color es tan importante que en una película de hace
sesenta
años, llamada "El mago de Oz" todo empieza en un mundo en blanco
y negro y aunque parezca increíble el efecto especial es una
escena
clave a partir de la cual la presentación continua en color. De
cualquier manera, pasando por ejemplos modernos y antiguos, tales como
murales de civilizaciones indígenas o maquillajes egipcios, el
punto
es que el color es importante en el arte, en la publicidad y en la
percepción
general que tenemos del mundo.
Una de las maneras de hacer atractivo un producto es pintarlo de una
combinación de colores que de alguna manera se ha determinado
que
son agradables a la vista, con la idea de que éste se vuelva
atractivo
y hasta deseable para quien lo observa. En ocasiones no es posible
pintar
el producto en sí, entonces lo que se colorea es el empaque que
lo contiene y una de las técnicas que se emplea involucra la
utilización
de pigmentos, los cuales tienen, por supuesto, la función de dar
color al objeto. Se puede decir que en general se tienen identificados
los fenómenos que rigen el comportamiento de los pigmentos. Sin
embargo, es común encontrar que pigmentos de
características
físicas y químicas similares muestren un rango amplio de
tonalidades. Por esta razón en este trabajo se llevó a
cabo
una revisión de las diversas técnicas que se utilizan
para
evaluarlos y se decidió incluir el uso del microscopio
electrónico
de transmisión, el cual no se utiliza muy comúnmente en
la
caracterización de pigmentos orgánicos, pero como se
podrá
observar en este documento, cuando se requiere hacer un análisis
completo resulta ser indispensable.
Juan Antonio Aguilar Garib
Mayo 1999
- Prólogo de la tesis
de Doctorado
de Idalia Gómez de la Fuente
La humanidad vive en un ciclo en el cual el hombre no solo busca la
respuesta a las múltiples preguntas que continuamente se
formula,
sino que también se encuentra en búsqueda de nuevas
preguntas
para contestar. Quisiéramos conocer la respuesta verdadera de
todas
nuestras preguntas, pero en muchas ocasiones tenemos que conformarnos
momentáneamente
tan solo con explicaciones que aunque sabemos que no son la respuesta
completa
a nuestra pregunta sabemos que la verdad, cuando al fin sea
descubierta,
contendrá en alguna forma ese elemento que hemos aceptado. Esta
afirmación parece un tanto soberbia, sin embargo cuando nuestras
aseveraciones se apegan estrictamente a los hechos, no puede ser de
otro
modo.
Nada mas apropiado en este momento que referirse a un ejemplo con ondas
electromagnéticas, en el tiempo en que Maxwell propuso sus
ecuaciones
para describir el comportamiento de las ondas las únicas ondas
que
podían ser estudiadas en detalle eran las ondas
mecánicas.
Pero resulta éstas requieren de un medio para propagarse
mientras
que las ondas electromagnéticas parecían propagarse sin
este
medio, así que se recurrió a una explicación que
cumpliera
con las observaciones que se hacían y para este fin se propuso
la
existencia del éter, el cual se encuentra en todas partes y
proporciona
el medio para que las ondas electromagnéticas se propaguen. En
su
momento los científicos se conformaron con la existencia del
éter,
sin embargo las palabras “conformarnos momentáneamente” tienen
un
significado literal, y un día las ideas maduraron de manera que
hoy se sabe que las ondas electromagnéticas no requieren del
supuesto
éter para propagarse. La belleza en este caso radica en que
fenómenos
diferentes (las ondas mecánicas y las ondas
electromagnéticas
no son lo mismo) pueden ser descritos por el mismo conjunto de reglas y
que los conocimientos posteriores no se contraponen con los
conocimientos
previos, ya que lo que se discutía era el comportamiento de las
ondas y no la existencia del éter.
El trabajo que aquí se plantea está relacionado con ondas
electromagnéticas utilizadas como medio para suministrar
energía
para procesamiento de materiales, en este caso particular se emplean
las
microondas. Se conoce su comportamiento en el vacío, pero ahora
requerimos conocer el efecto de la interacción de las ondas con
la materia para el caso de los cerámicos. Durante los
años
que ha durado esta investigación se ha trabajado en analizar los
resultados de exponer diferentes materiales en diferentes condiciones a
las microondas y en base a las observaciones realizadas este trabajo
presenta
una serie de conclusiones estimulantes, y por supuesto ya que
está
en el espíritu del hombre cuestionarlo todo, incluso su propia
existencia,
una buena serie de preguntas para continuar.
Juan Antonio Aguilar Garib
Octubre de 1998
- Prólogo de la tesis
de Maestría
de Selene Berenice Salazar Rodríguez
No recuerdo cuando fue la primera vez que supe de la existencia de
hornos que trabajaban con microondas, lo que si recuerdo es que se
decían
muchas cosas de ellos y lo que mas me sorprendía de todo eran
las
afirmaciones relacionadas con el calentamiento desde el interior al
exterior
(perfiles térmicos inversos) y los peligros terribles que
implicaba
introducir metales dentro de los hornos de este tipo. Otras
declaraciones
que se hacían giraban en torno a la eficiencia, la rapidez, la
limpieza
y la economía.
Hoy, por circunstancias diversas y ajenas a mi primer encuentro con
este tipo de hornos, estoy involucrado en trabajos relacionados con el
procesamiento de materiales utilizando microondas. He tenido la
oportunidad
de probar muchas de las afirmaciones que se hacían y que se
siguen
haciendo a este respecto. Sabemos que es cierto que las microondas
suministran
energía, el agua hirviendo y las palomitas de maíz
ardientes
nos lo comprueban, también sabemos que la mayoría de los
procesos que nos interesa que se lleven a cabo, desde la cocción
de una papa hasta la obtención del mas sofisticado de los
materiales,
requieren que se les provea energía.
En muchos de los procesos industriales se utiliza el fuego como medio
de calentamiento (o de suministro de energía), sin embargo en
los
últimos años ha habido un interés creciente en
utilizar
microondas para cumplir con este propósito. Este interés
se ha extendido desde los alimentos que fue la primera de sus
aplicaciones
(en calentamiento) hacia materiales que por sus propiedades no
parecerían
ser buenos candidatos para ser procesados de este modo. Los materiales
cerámicos no son ciertamente los mejores absorbedores de
microondas
y aun así existen muchos trabajos en los que se ponen en
evidencia
las bondades de este método.
Con este antecedente, lo mejor será trabajar en casos
específicos,
si es necesario se debe avanzar a tientas y generalizar solamente
cuando
la evidencia lo permita. Hablando de casos específicos,
aquí
tenemos uno en el que la autora de este trabajo tiene la ocasión
de probar una hipótesis y descubrir la potencialidad de un
método
en el campo de los cerámicos, así pues veamos la historia
que Selene Berenice nos va a contar.
Juan Antonio Aguilar Garib
Octubre de 1998
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